En un mundo donde las redes sociales y las plataformas visuales están saturadas de imágenes perfectas, parece que solo lo extraordinario merece ser fotografiado. Sin embargo, la magia de la fotografía no siempre está en capturar momentos grandiosos, sino en encontrar la belleza en lo cotidiano: una cafetera, una barra de pan, un rincón de tu casa. ¿Por qué no podría ser hermoso un objeto tan simple como estos?
La fotografía de lo cotidiano es un arte que nos invita a redescubrir nuestro entorno habitual, aquello que está ante nuestros ojos todos los días pero que raramente notamos. Tal como decía el fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson, uno de los pioneros del "momento decisivo", la cámara es una herramienta para captar "la eternidad en un instante". Es esa misma búsqueda de la belleza en lo común lo que ha llevado a muchos fotógrafos a explorar los detalles más sencillos de la vida diaria.
¿Por qué fotografiar lo cotidiano?
Conectar con la realidad: Fotografiar lo común nos ayuda a reconectar con nuestra vida diaria y apreciarla desde una perspectiva diferente. No todo en la vida son paisajes espectaculares o grandes acontecimientos. La mayor parte de nuestras experiencias se basan en los momentos más simples y, al capturarlos, damos valor a esa cotidianidad que a menudo ignoramos.
Explorar la sencillez: La belleza no siempre necesita adornos. Una barra de pan, con su textura dorada y formas irregulares, puede ser tan interesante como una flor exótica si la miramos con atención. El arte de la fotografía radica en saber observar y realzar estos pequeños detalles.
Desarrollar una mirada creativa: Fotografiar lo cotidiano te empuja a salir de los clichés y desarrollar una mirada más creativa. ¿Cómo puedes hacer que una cafetera cobre vida en una imagen? La respuesta está en los ángulos, la luz y los detalles que decides resaltar.
¿En qué debemos fijarnos al fotografiar lo cotidiano?
Texturas y detalles: En una barra de pan, podemos encontrar texturas que varían desde la corteza crujiente hasta el suave interior. La clave está en capturar esas diferencias con un buen enfoque y un uso preciso de la luz.
Luz natural: Aprovechar la luz natural es esencial cuando fotografiamos objetos del día a día. Las sombras suaves o duras que genera la luz a lo largo del día pueden cambiar radicalmente la apariencia de un objeto tan simple como una cafetera.
Perspectivas inesperadas: Jugar con los ángulos es fundamental. Fotografiar algo desde una perspectiva diferente puede transformar un objeto familiar en algo completamente nuevo. Prueba a mirar desde arriba, desde un lado o incluso acercarte mucho para destacar pequeños detalles.
Composición : Aplicar principios clásicos de composición como la regla de los tercios o las líneas de fuga puede ayudar a crear una imagen visualmente más atractiva. Sin embargo, en la fotografía de lo cotidiano, a veces lo más interesante surge al romper estas reglas.
Diferentes maneras de enfocar la cotidianidad
Minimalísmo: Reducir al mínimo los elementos en la fotografía. Un simple objeto, como una taza de café en una mesa blanca, puede transmitir una sensación de calma y equilibrio visual.
Documental: Capturar la realidad tal como es, sin adornos. Esta técnica suele centrarse en narrar historias de la vida diaria de una manera honesta y cruda.
Fotografía abstracta: Enfocarte en detalles, patrones o formas que a menudo pasamos por alto. Una fotografía cercana de la textura de una rebanada de pan o el reflejo en la superficie de una cafetera puede transformar lo ordinario en algo casi irreconocible.
Juego de luces y sombras: Usar la luz para crear contrastes dramáticos o destacar formas y siluetas es una forma efectiva de añadir interés visual a los objetos cotidianos.
Fotógrafos que encontraron la belleza en lo cotidiano
Entre los fotógrafos que han sabido destacar la belleza de lo cotidiano, encontramos a Vivian Maier, una niñera que durante su tiempo libre fotografiaba las calles de Chicago y Nueva York, capturando momentos simples de la vida urbana que hoy son considerados icónicos. Su trabajo nos recuerda la belleza de lo mundano y lo efímero.
Otro referente es el británico Martin Parr, conocido por sus fotografías que documentan la vida cotidiana con un toque de humor y sátira. A través de sus imágenes, Parr nos muestra la importancia de los pequeños detalles y los objetos aparentemente banales, como la comida o los accesorios de playa, para contar historias sobre la cultura popular y la vida contemporánea.